miércoles, 25 de enero de 2012

LA EDUCACIÓN PÚBLICA ES RESPONSABILIDAD INELUDIBLE DEL GOBIERNO


Aunque los padres de familia nayaritas no se han pronunciado hasta el momento de manera organizada para exigir buenas cuentas a las escuelas públicas de educación básica en cuanto a la formación que reciben sus hijos, ello no significa que estén ajenos a lo que ocurre realmente en este sector tan importante para la sociedad en su conjunto. Mucho se ha escrito al respecto y muchas han sido también las buenas intenciones de los gobernantes en turno para tratar de erradicar los vicios e inercias tan conocidos que funcionan como pesado lastre ante el propósito de mejorar efectivamente la calidad de la educación que se brinda a los hijos de los ciudadanos nayaritas que no tienen la posibilidad económica para enviarlos a escuelas privadas en las cuales –hay que reconocerlo- se trabaja respetando en serio tanto el calendario escolar, los horarios y los contenidos establecidos en los programas oficiales.
En anteriores artículos he mencionado con insistencia las serias dificultades que tiene la entidad gubernamental para enfrentar individualmente la problemática educativa bajo la que subyace una cultura de simulación, encubrimiento y maquillaje de resultados, que a su vez, es propiciada por intereses de grupos políticos o de partido. Partiendo entonces del duro pero necesario reconocimiento de que la triste situación actual que guarda nuestra educación se debe fundamentalmente a que el sector educativo ha venido siendo utilizado durante los últimos sexenios para fines políticos dejando de lado o en segundo término los verdaderos fines educativos; LA DESPOLITIZACIÓN entonces es el único camino para resolver dicha problemática.
La solución parece sencilla sin embargo no lo es, en virtud de que no es fácil desarticular de la noche a la mañana toda una estructura “de control político” que en nuestro estado “LA MAFIA “  enquistada en la sección 20 del SNTE, ha construido a través de más de 25 años, ni revertir “LA CULTURA DEL AHÍ SE VA” que ésta misma ha propiciado y que por desgracia ha permeado en una considerable cantidad de trabajadores de la educación. Trabajadores que rindiéndose ante las evidencias, han abandonado paulatinamente los valores éticos bajo los cuales fueron formados originalmente en las escuelas normales. Es conocido que el actual gobierno estatal intentó desde el principio de su mandato “METER LA MANO EN SERIO” respecto a este asunto, sin embargo también son de conocimiento “LAS FURIBUNDAS RESISTENCIAS” y el desgaste político que le está significando hasta el momento. Ante este escenario de conflicto, surge como opción y como estrategia concreta, EL IMPULSAR LA PARTICIPACIÓN DE LA CIUDADANÍA para resolver de una vez por todas la problemática existente. Dicho en otras palabras, que sea la misma ciudadanía usuaria de este servicio público, la que tome directamente cartas sobre el asunto y exija de manera definitiva que el sistema escolar “deje de ser rehén”  y botín de grupos y organizaciones políticas. Esto, como medida indispensable para lograr que la educación que se brinda en las escuelas públicas del nivel básico (preescolar, primaria y secundaria, sea de verdadera calidad. Lo anterior es inaplazable y el gobierno deberá coordinar este esfuerzo, reconociendo por principio que en nuestra entidad está demostrado plenamente que la estructura directiva (jefes de sector, supervisores y directores de escuela) que por norma tiene a su cargo el velar por que el servicio educativo se brinde con calidad; enfrenta grandes dificultades para poder hacerlo, en función de las circunstancias de carácter político y administrativo que se han mencionado. ¿Qué opinan los padres de familia sobre la capacidad de la escuela pública para formar con calidad a sus hijos?  Sin temor a equivocarme, tengo la seguridad de que un alto porcentaje de ellos pone en duda tal capacidad. Esto en virtud de que son testigos de que mientras algunos maestros se esfuerzan verdaderamente por atender las indicaciones oficiales y por cubrir junto con sus alumnos los propósitos establecidos en su programa de grado, otros dedican su tiempo en atender las indicaciones sindicales y para cumplir los encargos que se les encomiendan. Para el caso, se dan cuenta de que existen de hecho (aunque no de derecho), dos estructuras de mando: la directiva oficial y la de los representantes sindicales. Presentándose casos tan graves en los que supervisores de zona y directores de escuela “para evitarse broncas”, dejan en manos de “la parte sindical” la autoridad y las decisiones que por norma son facultades indelegables. La cultura de “no rendir cuentas claras y compartir la responsabilidad de los malos resultados escolares” desemboca en la comodidad de atribuir el fracaso escolar a los alumnos, a las condiciones del medio y a las familias de los mismos. Con esta “estrategia” se protege y se deja “libre de culpa” al maestro que irónicamente es “quien dirige el trabajo escolar”. Para ilustrar lo anterior, diré que en cuanto al cumplimiento del calendario y los horarios de clase, hay estudios al respecto en escuelas nayaritas seleccionadas al azar que muestran lo siguiente:  Del calendario escolar constituido por 200 días laborables que se convierten teóricamente en 800 horas de trabajo en grupo, se dedicaron 266 horas a “otras actividades” , lo cual constituye el 33.25%; habiendo estado los niños frente al conocimiento formal solo 534 horas de tiempo efectivo; lo que constituye solo el 66.75% del tiempo programado. Estos  sencillos datos y lo anteriormente expuesto, muestra claramente que no hay otro camino que “entrarle de lleno” gobierno y sociedad al asunto de la transformación de fondo de este sector; o resignarnos a que nuestros hijos reciban por siempre una formación deficiente y mediocre como producto de las circunstancias actuales. ¿Será posible intentarlo? El gobierno actual y la sociedad tienen la palabra. (Esta es una parte de un artículo educativo de un servidor, publicado el día 8 de Agosto de 2003) ¿Cómo la ves estimado lector? ¿Parece que el tiempo no transcurre en Nayarit verdad? Pero ahora parece que “El gobernante del sombrero” trae más enjundia que EL TIGRE de esos tiempos, que por cierto, muy pronto dio cola y dejó de rugir. Veremos y diremos. Hasta la próxima, mi correo mtreflexiones@hotmail.com