En el año 1975 que laboraba en el municipio de Culiacán Sinaloa, extrañaba y apreciaba en su real dimensión la valiosa tranquilidad de mi estado. El peligroso ambiente de violencia tan agudo en el que el uso de las metralletas y las ejecuciones eran el pan de cada día en aquella entidad; resultaba para mí tan desconocido como inaceptable. En 1999 y por motivos académicos, viví una temporada en la ciudad de Madrid España. Ahí llamó mi atención la manera como los ciudadanos se habían acostumbrado a ver como cosa común el asunto de las ejecuciones mediante la explosión de coches bomba; y volví a añorar la tranquilidad de mi provinciano y querido Tepic. De ese tiempo a la fecha todo ha cambiado radicalmente. Los acontecimientos sangrientos de los últimos meses son prueba objetiva y contundente para cualquiera, pero extrañamente, no para los responsables del gobierno nayarita, mismos que todavía hasta hace algunos días, seguían empecinados en hacer creer que solamente ERAN HECHOS AISLADOS y que en Nayarit no había de qué preocuparse, pues seguíamos figurando entre las entidades mas seguras y continuábamos estando en paz y trabajando. Los terapeutas especialistas en problemas emocionales, señalan que el primer paso para iniciar la recuperación de un paciente, es ayudarlo a “que reconozca la existencia del problema que lo aqueja”, pues es común la negación conciente e inconsciente del paciente a ese respecto. En el caso de Nayarit, la empecinada negación de las autoridades para aceptar en su real dimensión el problema de violencia que lacera a la entidad, nos han llevado al peligroso punto en que hoy nos encontramos, mismo en el que ciudadanos comunes se han convertido en víctimas inocentes. De acuerdo con lo anterior, el gobierno actual tiene culpa pues la omisión también es delito.
Ignorando la parafernalia mediática acostumbrada y los montajes típicos que “sacrificando a terceros” y para “curarse en salud” este gobierno ha implementado; lo único rescatable sería señalar que “ahora sí” parece ser que el ejecutivo “reconoce que estamos viviendo un grave problema” y aparenta estar dispuesto a “revisar el asunto con seriedad”. Y digo parece, porque en función de su estilo tan peculiar cada ves más conocido, siempre habrá que “leer entre líneas” lo que declara, y tratar de adivinar las cartas que “esconde bajo la manga” para no caer en el juego. Así entonces, el llamado que hizo recientemente a la ciudadanía, a organismos no gubernamentales y a los partidos políticos para hacer un frente común ante el creciente clima de violencia que se vive, deberá hacerlo ahora de manera seria y formal, a efecto de que particularmente estas organizaciones (ya de por sí incrédulas y desconfiadas) acepten sentarse a revisar este asunto y los que por su parte tienen tiempo planteando sin que se les tome en cuenta. Aquí surgen las siguientes interrogantes: ¿Continuará NEY GONZALEZ en su convocatoria o solo la dejará en la expresión verbal que pronunció en el momento álgido del último acontecimiento violento? ¿Será capaz de hacer a un lado la soberbia y la autosuficiencia que desafortunadamente han sido el sello de la casa y en verdad se reunirá con los convocados? o continuará con
Finalmente, un servidor, atendiendo la frase que dice que “el silencio es la forma más cómoda de complicidad”, este viernes
COROLARIO.- En la propia UAN se refleja la situación, pues los propios estudiantes parodian el asunto diciendo que el gobierno ordenó la suspensión de clases “debido al clima…….pero de inseguridad”.
Hasta la próxima, mi correo electrónico mtreflexiones@hotmai.com columnas anteriores en www.cainay.blogspot.com
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