A nadie sorprende el evidente y progresivo deterioro que ha venido sufriendo la presente administración gubernamental que preside NEY GONZALEZ SANCHEZ conforme se aproxima el fin del sexenio. La verdad, no hacía falta tener facultades mágicas o extrasensoriales para estar en condición de vaticinar que tarde o temprano esto sucedería. Lo que no esperábamos los nayaritas, es que se presentara con la celeridad que se ha venido observando durante los últimos meses. Las razones parecen ser más que obvias: Qué otra cosa podía esperarse de una administración que “de arranque”, elaboró un plan de gobierno “solo por cumplir con el requisito”. Qué más podía esperarse de un gobernante que, arrastrado por su protagonismo, se rodeó solo de funcionarios inexpertos, grises, cortesanos y sin talento. Qué podía esperarse de un gobierno que se sobregiró desde sus inicios por disponer de manera anárquica de los recursos financieros. Y finalmente, qué otra cosa podía esperarse de un ejecutivo que concentró férreamente los hilos del poder y cerró sus oídos no solo a la crítica de sus adversarios políticos, sino a la de sus propios correligionarios.
Independientemente de que no hubiésemos votado para la llegada de tal o cual gobernante, no cabe duda de que “en función del bien común”, todos desearíamos que finalmente saliera bueno y nos sorprendiéramos de nuestra equivocación.
Esto “se veía venir”, dice la vox pópuli, y quizás se hubiera ocultado por más tiempo, sino se hubiera desatado la inédita ola de violencia que azotó recientemente la entidad, misma que indirectamente propició que se descubrieran graves deficiencias gubernamentales; particularmente en los rubros de coordinación interna, seguridad pública e impartición de justicia. A esto se agrega la “resistencia social contra el reemplacamiento”, que se convirtió finalmente en una protesta contra el dispendio y el endeudamiento exponencial. Por si esto fuera poco, en función de la crisis financiera ya endémica que reina en esta administración, la mayoría de sus dependencias ya no niegan, y mucho menos ocultan las graves deficiencias que presentan en su funcionamiento. Tal situación es crítica por ejemplo en el sector salud; mismo en el que sus propios trabajadores denuncian y protestan por la falta de los materiales más elementales para atender a la población.
Para “colmar el plato” y con ello, corroborar e incrementar la pérdida de autoridad del ejecutivo en turno, ciudadanos inconformes bloquean avenidas y otros protestan en plantón permanente frente a palacio. Por su parte, funcionarios de primerísimo nivel, y el propio presidente de la capital, contaminados por “la fiebre electoral” abandonan su responsabilidad original y “andan desatados” buscando una próxima posición.
Así las cosas, como se dijo en líneas anteriores, las cosas andan “patas pa´rriba” y los recursos cada día son más insuficientes para preservar aquella imagen de gobierno sólido, eficiente y sensible que mediáticamente construyó y que los nayaritas vemos derrumbarse a pasos agigantados.
Todo cambia y lo que sube siempre baja, así vemos apagarse la estrella de este gobierno. Es sabido que las lealtades políticas no son eternas, luego entonces, NEY GONZALEZ ha de saber que contará con sus “fieles seguidores”, en tanto sea garantía de futuro para ellos. Esto será cada día menos posible, lo cierto es que sin rubor, cada cual voltea hacia otro lado y particularmente buscando adivinar quien será “el próximo”. Esta es una de las más antiguas reglas del juego político: “MUERE EL REY…..VIVA EL REY”. Luego entonces, vienen tiempos difíciles para este polémico gobernante nayarita, que no cabe duda luchó y se preparó “para ser”. ¿Ya estará preparado para dejar de ser?….. ¿Tú qué opinas estimado lector? Hasta la próxima. Mi correo mtreflexioneshotmail.com Esta y columnas anteriores en www.cainay.blogspot.com
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