EVENTO MUY IMPORTANTE PARA LOS NAYARITAS. Así calificó el secretario de gobierno este asunto, como queriendo decir que por ello, y para “no lesionar sus intereses” (por supuesto de todos los Nayaritas) debería realizarse a toda costa; o como dice el dicho popular: “A pesar de todos los pesares”. No se a ustedes mis estimados lectores, pero a este servidor le surgen estas interrogantes: ¿Es en verdad de relevante importancia este evento? ¿Por qué? ¿Para quienes? ¿Qué se gana con la feria? ¿Qué se pierde si no se realiza? ¿Quién gana con su realización? ¿Quién pierde con su no realización? Para aproximarnos a las respuestas acompáñenme al siguiente análisis:
EL ORIGEN DE LAS FERIAS TRADICIONALES MEXICANAS. Todo mundo sabe que las ferias tenían como propósito fundamental el económico, por ello se realizaban en distintas fechas del año, cuando salían las cosechas de los principales productos de cada región, mismos que se exhibían y ponían a la venta ante los visitantes foráneos que acudían para adquirirlos de buena calidad y a buenos precios. Luego entonces, las ferias se realizaban en “temporadas de alta productividad y bonanza” en la que se vendían “los excedentes de producción” una vez que se había “guardado lo suficiente y más para el consumo propio”. De ahí, el ambiente festivo, la algarabía, la alegría y la disposición para disfrutar, pues la tierra había sido prolífica. Entonces, había razón para “echar las campanas al vuelo”. Solo basta con ver alguna de las inolvidables películas de Pedro Infante o Antonio Aguilar para verificar la certeza de lo antes dicho.
ANTES FERIA AUTOSUFICIENTE. Bien recuerdo que desde que CELSO DELGADO hizo la primera feria en Tepic fue autofinanciable, la encargó a un patronato que cobraba una cuota simbólica de entrada y al final “entregaba cuentas y la ganancia que se había obtenido de la misma”. Rigoberto y Toño no fueron la excepción, pues en sus gobiernos seguimos siendo informados de la misma manera, y en el caso del gobierno del cambio recuerdo que “las ganancias” pasaban íntegramente al DIF y se utilizaban para la asistencia social.
UNA FERIA TOTALMENTE GRATUITA. “De gollete hasta un puñete” dice el refrán, así que si la feria es “totalmente gratis”, olvidémonos de la crisis y el mal tiempo y vayamos a disfrutar de las afamadas bandas, los grandes bailes y atractivos espectáculos que afortunadamente serán “de gorra”. Pero, ¿Quién invita? por que el que invita paga ¿No? Los comerciales dicen que el gobierno del estado es “el invitador”, luego entonces ¿En verdad nos sale gratis la feria?. ¡Claro que no! Esa es una gran mentira, pues el dinero se toma precisamente del erario público y por tanto la feria “nos cuesta a todos los Nayaritas que le aportamos dinero al gobierno vía impuestos”, pero no para que haga ferias, sino para que haga obras “que perduren y que resuelvan necesidades prioritarias de la población”. Sin el ánimo de ser “aguafiestas” no me resisto a lanzar esta última pregunta: ¿Cuántas calles quedarán sin empedrar y cuantos drenajes quedarán sin reparar por el gasto de la feria?
COROLARIO.- ¿Sabía usted que además de los artistas, más del 70% de vendedores son “fuereños” que se llevan las ganancias a otro lado? y ¿que en esta edición bicentenario de la feria hasta las instituciones públicas pagan derecho de piso? Solo
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