lunes, 14 de diciembre de 2009

EL CINISMO EN EL EJERCICIO DEL PODER

Parece haber coincidencia nacional en cuanto a la opinión de que en nuestro sufrido país, el cinismo en el ejercicio del poder es cada vez más evidente. Hay muchas voces críticas asegurando que desde la propia presidencia de la república, pasando por el Congreso de la Unión y los gobiernos estatales y municipales; ya no hay quien se salve en virtud de que –unos más, otros menos- todos tienen cola que les pisen. Cierto es, que a escasos diez años de haber celebrado una alternancia gubernamental tan añorada y respaldada por la población, nos encontramos con una figura presidencial panista, caída en grave deterioro en función de sus graves hierros y empecinamientos políticos y administrativos. Deterioro federal que han sabido aprovechar para su beneficio los gobernantes estatales, muchos de los cuales se encuentran convertidos actualmente en verdaderos virreyes que manejan su feudo como verdaderos señores de horca y cuchillo, olvidando el más elemental decoro y la moral entre otras elementales formas con que en sexenios anteriores se cuidaba el ejercicio del poder gubernamental. Por su parte, salvo contadas excepciones, los diputados y senadores “no cantan mal las rancheras”, pues olvidando su esencia y razón de ser como representantes del pueblo, actúan respondiendo a sus particulares y mezquinos intereses, alineados por supuesto, a las consignas que les marcan “quienes los apadrinaron para llegar” a la curul que ostentan..

En este trastocado escenario político nacional, los presidentes municipales hacen lo propio, y olvidando también su responsabilidad original de atender las necesidades fundamentales de la población, se dedican pragmáticamente a realizar acciones que les garanticen promoción electoral, con miras a asegurar el alcance del siguiente puesto.

Lo sobresaliente de esta nueva realidad, es que pareciera ser que estamos construyendo y aceptando una nueva cultura social tan interesante como peligrosa. Cultura en la que los gobernantes le dicen, le aseguran y le repiten permanentemente al pueblo que cuidan y administran honradamente los recursos y que gobiernan pensando en él; y por su parte, el pueblo, responde a ese supuesto, aparentando que cree de corazón en tan demagógica mentira.

¿Nayarit está a salvo de esta deprimente situación? ¡Acertaste estimado lector!, la respuesta es un contundente ¡NO! Parece existir acuerdo entre los analistas estatales en cuanto a que nuestra entidad no está al margen de este tan interesante como deplorable contexto político, económico y social que priva en nuestro país; por lo contrario, se afirma que nuestro estado podría calificar de sobresaliente al respecto. Las pruebas están a la vista de todo mundo. Por un lado, y de acuerdo con lo que pudimos contemplar en acreditados programas nacionales de televisión, quedó evidenciado que en el rubro de la administración de justicia somos una auténtica vacilada. Por otra parte, se han dado a conocer cifras que evidencian mal manejo, uso indebido y desvío de recursos financieros del sector salud, lo que ha propiciado el irresponsable y peligroso incremento de enfermedades antes mantenidas bajo índices aceptables. La construcción de costosas obras urbanas no prioritarias y super infladas en su presupuesto -según juicio coincidente de numerosos conocedores del ramo- son un botón más de muestra. El asqueroso contubernio de una cámara de diputados dócil y colaboracionista a cambio de su respectiva y jugosa “tajada del pastel”, son el aderezo común en el que funcionarios estatales y presidentes municipales hacen su agosto “llevando agua a su molino”, mientras que el pueblo se sigue preguntando cuándo llegara el tiempo en que sus necesidades y problemas más sentidos serán atendidos como se debe. Este es el escenario que priva en nuestra entidad, misma –que para variar- en unos cuantos meses se verá involucrada en el vertiginoso asunto electoral para definir el próximo gobernante y los nuevos diputados y presidentes municipales que “nos desgobernarán”. Pero ese es otro tema que empezaremos a abordar con interés en la siguiente colaboración primero dios. Hasta la próxima, mi correo electrónico como siempre a la orden de mis apreciables lectores. mtreflexiones@hotmail.com

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